Así de Juanillo

Así, como cantaban en las coplas de los lavaeros gaditanos hasta hace pocos años. Como el que quiere renovar la ilusión por tantas cosas. Como el que quiere vivir hasta el último instante con la alegría del niño, como el que se quiere beber hasta el último sorbo de la copa. Así como un Juanillo que quema sus ropas viejas, sus añoranzas, sus malos pensamientos y sus torpes deseos, así de Juanillo, a fuego vivo e intenso en la braza de una noche que es la mas larga del año. Pero que no me queme el corazón, como decía Antonio Martín en aquella hermosa comparsa de la historia gaditana, que me queme lo malo, lo indeseado, lo ajeno, lo difícil, lo terco, lo insalvable, lo prostituido, lo salvaje, lo indecente, lo malo. Y que nos llene de sabor la vida el agua que bañen nuestras piernas en esta noche de placeres, de pasiones y de quereres. La noche del Juanillo, el sabor de lo nuestro que nos quema a fuego vivo.