martes, 6 de octubre de 2009

Un buen tipo

Su sonrisa y su rostro sereno dicen mas que miles de libros de cualquier biblioteca. Su pelo negro, como su tez, pero ya con algunas canas el dicen que está aprendiendo cosas de la vida y su Testimonio en la mano la traslada a todos con una belleza que llega a impregnar amor.
A este hombre le dieron un palo fuerte en plena juventud. El y su mujer, junto al resto de su familia, han sufrido una de las mayores injusticias de la propia justicia. Por causa de ella le arrancaron a su hija cuando aún casi no había dado los primeros pasos.
Este pasado viernes estuvo en San Roque para, en su compromiso de Pastor de la Iglesia Cristiana, exponer a todos el amor a los demás y el amor a Dios por encima de todo como causa de testimonio del ser humano.
Hable con él un buen rato y me trasladó serenidad, mucha serenidad. Coincidimos en los cambios generacionales y en las nuevas guerras de la sociedad. Coincidimos que el hombre puede contribuir a cambiar la sociedad del propio hombre -aunque sea desde la política- y coincidimos que el amanecer no debe tardar.
Antonio Martín, el gaditano contador y cantador de coplas, este año le versó magníficamente “...que este mundo embustero no es tu cuento de adas/Fieras, que aquí los hombres son como fieras/leyes, que aquí las leyes no hacen justicia/jueces, que aquí a los jueces el pulso les tiembla...”.
Este hombre es un buen tipo. Consciente de su papel ahora en la sociedad lo aplaudiré donde quiera que vaya porque “...maldita la justicia cuando no es justa”.

2 comentarios:

Poseidón dijo...

Me congratula su, a su vez, satisfacción por la entrevista mantenida con Juan José Cortés y que este, a través de su rostro, le transmitiera más que miles de libros.
Es verdad, que Juan José transmite serenidad y cordura algo, que en este ajetreo cotidiano, echamos mucho de menos.
No he tenido la suerte de conocerle personalmente, cosa que me gustaría, pero decidí no ir ni al Ayuntamiento ni al teatro Juan Luis Galiardo, por una simple razón, su iglesia no es mi iglesia, aunque su lucha por una justicia justa si es mi lucha y, ante esa dicotomía, opté por la más cómoda.
Pero ante tanta pulcritud de alma, no quiero ni imaginar la vaya a macular formando parte de la nómina política de este país, para mí eso sería desastroso, quizá por eso su íntimo Antonio Martín prefirió las tablas del Falla antes que la tarima de un Salón de Plenos.
También le apoyaré en su lucha desmedida y allí donde juste pero, no por ser quien es ni por la belleza que pueda impregnar, sino por su capacidad de transmitir un sentimiento: Sed de justicia.
En fin Sr. Ledesma, este martes le ha sido prolijo, y yo, nuevamente, le deseo lo mejor desde donde las olas, rompen a veces, para acercar el mar a la tierra pero, inevitablemente, se vuelven a separar.

Anónimo dijo...

LLeva usted razón Sr. Ledesma. Ese hombre transmite serenidad, sabe llegar a la gente, sabe transmitir su mensaje. Estuve esa tarde en el teatro y aunque a mí a estas alturas no me va a convencer de nada que tenga que ver con la religión, pude ver que tiene dotes para predicar. Yo le vi a usted en primera fila junto a Salvador Monrocle y a Galindo. Hay que captar votos donde sea y usted cuenta con evangelista de pro en sus filas. ¿Qué le pasó a Marina?