El Día que yo Nací

Fue por la tarde del 25 de octubre, ya casi la 9 de la noche y en la misma habitación y en la misma cama en la que había nacido mi padre y todos mis tíos de la familia Ledesma, allá en la Calle Rodríguez López de Puente Mayorga. Antonia era el primer hijo que tenía, aunque ya había tenido un intento antes del mío; el primero de los nietos de la familia Ledesma-Utrera que luego serían 11 y el quinto de la familia Sánchez-Tavarez que luego sería 25. Un montón de ellos todos.

Llegué a una casa humilde, unida, entrañable y trabajadora. La alegría de la casa fue compartida con allegados y vecinos que vieron como el nieto de José, el Jardinero crecía poco a poco y se criaba muy cerca del mar, a escasos 100 metros. Donde yo nací.

El velo enlutado y perdido de mi abuela Adela que nunca apareció, cuando vino a verme, andando por la Avenida España de La Línea, el gran baño de lata para toda la familia, los colchones de lana, la alacena donde se guardaba lo poco del día, los baños en la playa hasta el anochecer, la gran tinaja para los dulces de Navidad y el viejo sofá de hule azul que ocupaba el salón de la casa, son algunos de los recuerdos de aquellos primeros años.

El tiempo pasó, como pasa la vida. Y se llevó a los abuelos, a los padres, algunos tíos e incluso primos, incluso menores que yo. El viento de los años supo darme experiencia y alegrías. Pero también palos y sufrimientos que llevo en mi corazón. Me dio dos regalos hermosos, mis hijas, que guardo como oro en paño y me besó con cientos de amigos a los que doy gracias todos los días por tenerlos a mi lado.

No se que deparará la vida en adelante, pero sea lo que sea estaré preparado. Lanzo siempre un beso hacia arriba para ellos nos cuiden y al final de los días, cuando llegue, diré eso que cantó Sinatra "...a mi manera".