El Presidente del Tribunal Supremo se ha despachado hoy con una nueva "perla" de esas que de vez en cuando nuestros altos ejecutivos gozan. Y nos ha dejado otra vez perplejos. Ha dicho el señor Gonzalo Moliner que "viajar en (clase) turista no da buena imagen". Ya.
Para que se dé buena image se debe viajar, al parecer, en bussines class o en, como menos, preferente en cualquiera de los medios de locomoción que han de hacer sus traslados profesionales. Ya.
Con la que está cayendo y el "magnífico" ejemplo que en este sentido ya diera hace unos meses su antecesor Divar, de memorables recuerdos en el Supremo por aquellos enormes gastos en tiempos difíciles, nos sale de nuevo un comentario de alguien que parece que representa mas a lo rancio de unas instituciones que están demostrando cada día que no van al mismo paso que a lo que la gente de la calle está pidiendo.
Claro que ante eso digo yo que que mala imagen es que los asuntos judiciales se eternicen en las mesas de sus señorías por los siglos de los siglos. Y digo yo que mala imagen es que haya jueces que hayan tenido que ser denunciados por propios jueces por asuntos que rayan las ilegalidades mas supinas. Es verdad que mala imagen son las condenas o los autos de determinados jueces que nos hacen recordar a la santa inquisición con algunas de sus decisiones... esa si que es una mala imagen de lo público, de la justicia y de los servidores de los ciudadanos.
No ha estado acertado el actual mandamás de los jueces de este país en estas declaraciones. Un viaje a Belgica cuesta en clase turista sobre 200 euros. En bussines sobrepasa los 1.500 euros. Con eso, hoy come una familia un mes, señoría.
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