Vengan todos, llegó la hora. Es el momento. Vistan con las orlas de sus mejores trapos, arrojen sobre su piel unos gramos de sutil perfume, pinten su cara con los mejores tonos del arcoiris. Vengan, chicos y mayores, dispónganse a festejar la feliz jornada.
Es ahora, mis cortesanos, mis queridos y amados compatriotas. Vengan a la mejor de las algarabías, al mejor concierto de la jornada y a la cita del año...
Es aquí, no muy lejos. Luego, les daré dispendio para la servidumbre y les enjugaré con la mejor de las pleitesías. Es ahora, no falten, les espero... no corran, pero no falten.
Es el festín del populacho al que invita el mayor de los terratenientes de su reino. Bienvenidos, la música está sonando ya...
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