Vuelve otra vez a la palestra informativa y de la actualidad el futuro del "Fondo de Barril" en el complejo petroquímico de la "Refinería Gibraltar" en la que a mi fotografiaran cuando empezaba a andar. Está claro que el brutal capitalismo y los intereses económicos empresariales tienen los tentáculos muy largo. Hasta el punto de que los sindicatos -especialmente la UGT- está disparatado con las presiones de puestos y tal, a las que ya nos tienen acostumbrados desde hace tiempo.
Con cerca de 60 años a sus espaldas y reconociendo que se mejoraron muchas intervenciones de cuidado del medio ambiente desde que a Antonio Miño -director de la refinería- lo sentaran los de "Verdemar" en el banquillo; ya va siendo hora, empero, de que se vayan estudiando otras alternativas para este centro de la bahía que nos "robaron" en la época franquista.
Existen otras alternativas, otros proyectos, otras ideas, otros caminos, otras iniciativas que podrían ocupar el espacio de una petrolera que, además de los puestos de trabajo, han traído miseria y dolor a esta tierra.
El Barril, sin entrar en valoraciones políticas de ningún modo, debería de tener otras alternativas. Y para eso está la imaginación humana. He dicho y pienso.
2 comentarios:
Pues si es hora de cambiar pesca,ganadería,agricultura, turismo,carteia,comercios ,cultura ,gastronomía,deportes acuáticos hoteles eco, energía renovable, y mucho más mo muertes de cancer en el paraíso convertido en un vertedero industrial cancerígeno
-El sindicalista de UGT confunde CO2 con SO2.
- Es inacepatable que empresas petrolíferas como Cepsa disfracen como mejora medioambiental un proyecto que sólo pretende prolongar el negocio basado en el petróleo.
- Es cierto que reducir el contenido de azufre del combustible marítimo, fuel o gas oil, o emplear GNL, es un progreso, pero compromete la inaplazable transición energética que muchos proclaman, pero no practican.
- El alineamiento de algunos medios de comunicación
con la empresa deja en mal.lugar a la deontología profesional del periodismo y refleja la terrible dependencia de los medios de comunicación en la Bahía de Algeciras de las grandes empresas.
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