sábado, 2 de mayo de 2009

Madre

El primer domingo de mayo de cada año celebramos el día de las madres. Al margen de las oportunidades del mercado para estas fechas el día es grande. Tanto para los que tienen madres como para los que, desgraciadamente, ya no la tenemos a nuestro lado.

He escrito muy poco de mi madre desde que se fue. Y también le escribí poco antes en vida y de verdad que lo lamento desde el fondo de mi corazón. Lo último que recuerdo fue aquel texto de “La puerta abierta” pocos días después de marcharse callada y sin avisar, hace ya cuatro años.

Y cada día, es verdad, la recuerdo mas y la quiero mas. Que difícil el camino -aunque sea por ley natural y de la vida- cuando la que te parió ya no está a tu lado. Posiblemente para que te comprenda mejor que nadie.

Recuerdo esos bellísimos versos que puso en sus labios “la mas grande” de Rocío Jurado y que pregonó por el mundo entero: “...algo se me fue contigo, madre/ en las alas de tu alma, madre/ las raíces de mi vida, Madre/ en tu vientre se quedaron, madre/ en la tierra que tu abonas, madre/ algo mío te acompaña, madre...”. Absolutamente maravillosos.

O la letra del genial Enrique Villegas en su comparsa “El Oro de Andalucía”, en 1964 que decían eso de “...ese día que a las “mares”/ se dedica “to” los años/ “to aquel” que se llame hombre/ no debiera olvidarlo... / que mas quisieran algunos/ poder decir “mare mia”/ poder sentir su presencia/ en los ratos de amargura/ y en los ratos de alegría.../en ese día de las “mares”/ que se acuerde quien la tenga/ y dedique un homenaje/ a lo mas hermoso que existe en la tierra”. Eternamente dulce.

Qué pena que a algunos se nos marchara la madre tan pronto para poder decirle cosas bellas y apretarla en un día tan señalado. Y de veras que la quiero como nunca. Pero me quedo con su dulzura y con sus miles de enseñanzas. Esas me las llevo yo para siempre y, algunas, las transmitiré a mis hijas.

Porque con ella “...algo se me fue contigo, madre”.

No hay comentarios: