Hace unos días, casi en víspera del día del trabajo y del obrero, un familiar muy cercano me consultó sobre un trabajo que le habían ofrecido en un establecimiento del Campo de Gibraltar. Le proponían trabajar cuatro días seguidos, con turnos de 12 horas alternativos entre días y noches, sin dar de alta en la seguridad social y cobrando 400 euros al mes. Por supuesto sin fines de semanas libres, ni pagas extras, ni derechos por maternidad ni nada de eso. Mi respuesta inmediata fue que no aceptara nada de nada ,ni de ninguna forma, semejante atropello.
La desvergüenza a la que han llegado algunos empresarios en este país de nuestras pasiones ha dado pié a que terroristas y negreros de estas características ofrezcan a muchos ciudadanos este tipo de contratos que no son mas que meras trampas del terror y la nueva esclavitud del siglo XXI a la que muchos se ven abocados sumergidos en la tragedia de no encontrar de ninguna de las maneras el trabajo digno que necesitan y que la Constitución les garantiza.
Por eso, yo que hace tiempo que dejé de creer en muchas de las cosas de los sindicatos tradicionales porque nos decepcionaron a base de comilonas de mariscos, curso de formación y cuentas sin resolver, creo que hace falta regenerar la nueva etapa de la lucha obrera.
Desde la dignidad del ser humano, así sea apelando a los derechos humanos o a la carta a los Reyes Magos que nunca quisimos escribir; esto no se puede consentir en la España que tanto PSOE como PP aprobaran con sendas reformas laborales que solo valen para que sucios empresarios de este pelaje nos lleven a la revolución mas descarada.
Todo lo demás, aquello que deje de estar lejanos de una leve mirada a cualquier revolución, será un sinsentido y un engorda terroristas de los nuevos tiempos.
He dicho y escrito. Y tenias ganas, oye.
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